viernes, 11 de marzo de 2016

Gran Elector pretendía ser la vía para rescatar la República de las garras de déspotas y mafias, y aunque ya liberada, sería imprescindible para impedir todo futuro intento de saqueo al Estado, eternizarse en el Poder, modificar a la Constitución o burlar la Democracia.
En el orbe suelen llamar Gran Elector a alguien notable y con gran predicamento cuya opinión acerca del país es escuchada por una gran mayoría. En la Argentina los ignoramos y hasta los despreciamos, ¡hasta que alcanzan la Recoleta!
SENSATEZ y TRANSPARENCIA
Contra otro tsunami K, se impone una sabia pre selección de los candidatos, con el impeachment cual espada de Damocles, y el Juicio de Residencia al final de su mandato, para dejar de padecer sine die descomunales derroches en “ocio rentado y circo” ocultando los graves latrocinios y tropelías, de los que suman ignorancia y miseria, se ensañan con los emprendedores y productores, y postergan lo esencial al país, y una educación esencial que redituaría muchísimo más y a corto plazo.
En 1680 John Locke pedía subordinar los demás Poderes al Legislativo, ¡y éste al Pueblo!, «que se reserva el permanente derecho a controlar el ejercicio del Poder sólo delegado, ¡y en tanto tutele la libertad contra los excesos y lo ilegal!». Pasado un largo siglo, José Artigas se sometía a esos orientales que lo siguieron al exilio y que lo hubieran hecho al mismísimo Infierno, al confirmarles: «Mi autoridad emana de vosotros, y ella cesa ante vuestra presencia soberana
Nos, el Pueblo, ¡genuino y único Gran Elector!, tenemos que cambiar un sistema electoral que con suerte nos somete al menos malo, ¡y no al mejor entre los mejores! Una suerte de manager que administre el Estado según con nuestros Recaudos de Mínima y en armonía con la Constitución y una Ley que se prevenga y le adose un “fusible-alarma” a cada posible “objeto de tentación”.
GE avalaría a los que reinstauren la República y la probidad, para quitarles a los Poderes la impunidad con que desfalcan al pueblo; limitando sus atribuciones y su autonomía y sometiendo cada medida, misión, viaje o proyecto importante a la vista del Congreso, ¡y a la de una Hacienda celosa insomne de una eficaz sobriedad!
Encauzados los Poderes, y abocándonos a educar en lo esencial y lo cívico, el clima resultante sería hostil a cualquier futuro “Bismark” para que la Argentina, otrora señera y tan rica en “potencia”, vuelva a gozar de un suelo digno de ser vivido.
Señalar a los petardistas cuya única ideología es vivir a costa del Estado y los demás, desoír los medios hijos de la tanda fraudulenta, y oponer la Historia documentada, al relato falsario e insomne, cortina de humo a sus bajezas y a su insaciable saqueo, para los “cámporas” mercenarios que mancillan con ideologías la escuela, ese show corrido y esa hipnosis consumista a lo peor y hasta adictivo, en detrimento de tantos más “nutriente” al cultivo esencial, ¡y tan ignorados por millones!
1º LO ESENCIAL
Votar sólo a probos y visionarios para evitar esos “que-se-vayan-todos”, que acaban en otro “gatopardismo” de uñas largas, contra la Democracia y el Estado.
Ser activistas de la Ley y la Constitución, velar las arcas estatales, y propagar lo esencial para exigirlo y hacerlo valer. La metástasis de una corrupción impuesta por los advenedizos, no obliga a poner un “fusible” en cada “vulnerable”, económico o de la Ley y la Constitución, para salvaguardar la Democracia, empezando por una Cámara Nacional Electoral colegiada, auditada ¡y expurgada de fraudulentos!
Vamos mal por votar pésimo y no por los emprendedores que aun acosados emplean y posibilitan la calidad de vida actual, y cuando sin su “caldera” la miseria aplastaría. En la “mina de oro” que supo ser la Argentina antes del abordaje de una “langosta” cebada por el reparto y la jarana sin esfuerzo, brotarían las empresas y descentrarían la producción, sin imposiciones extorsivas ni apelaciones al feroz consumismo de lo peor, que cala en multitudes y les escamotea el bienestar esencial ¡y hasta su futuro!
Urge un mani pulite que nos restituya lo tanto hurtado, por justicia y escarmiento, y bajar la miríada de partidos, abrigo de ineptos con algún desternillante proyecto, o sólo a dilapidar las reservas, reparar a lacras y subversivos, subsidiar con “vuelto” y cobrar peje de todo, ¡eternizando las miserias reales de los que juran reivindicar!
Extremar los requisitos para cada cargo, y ceñir sus atribuciones al servicio y a la ética y no al propio provecho; imponer lo correcto sin populismo “edulcorante”, timo al que labora o produce, para crecer en un país ávido de brazos, donde los subsidios sólo sean intravenosos de terapia intensiva, ¡y no otro atajo al saqueo!
Los preceptos, límites y vedas que sugiere Gran Elector serían la zaranda ideal de los aspirantes, que no podrán ignorarlos ni rechazarlos sin “incinerarse” para la gran mayoría que exige una sana administración, sin involución marxista ni ese corruptor populismo; sin privilegiados ni rémoras colgados al Estado que solventan millones de hacedores y asalariados, para un más sólido e integral crecimiento.
NUNCA MÁS:
Populismo, antítesis de lo que sugiere, y origen sin duda de todos nuestros males.
Malversar Primaveras” sin atacar la ignorancia de tanto esencial como cívico.
Esos defaults de cortar y dar de nuevo, pagos por los contribuyentes y los pobres.
Homeless durmiendo en la calle, mientras que su Presidente disipa orgiástica.
Latrocinios, estelionatos ni despilfarros, reales genocidios contra el inerme.
Hegemonías salvo de la Constitución y la Democracia blindadas al fraude.
Someter al Banco Central y emitir a destajo para el clientelismo consumista.
Actos y festejos partidarios y denigrantes, ¡pagos por los propios esquilmados!
Nombrar a parientes, amigos o “vices” procesados o “mao-estalinistas”, ¡a un paso del Sillón de Rivadavia!
Castrar la Justicia con jueces afines a secuestradores, asesinos o pedófilos, y con fiscales amigos, que validan sus riquezas ilícitas y desestiman toda denuncia, por grave o verosímil que fuere ¡so pena de exponerse a las iras del Poder omnipotente!
Su feroz propaganda, ilegal e inmoral, y agravada por la infalible “mordida”.
Desviar partidas adjudicadas para algo serio, hacia fines poco claros o espurios.
Proteccionismo colonial ni abusos contra las provincias, ¡a dos siglos de 1816!
Ignorar o cooptar al Congreso, ni cederle Economía a un infatuado marxista y encima someter a empresarios a algún ridículo balandrón que, “guadaespaldado” por matones los insulta y desafía a boxear o a “negociar” ¡con su “bufoso” a la vista!
Permitir que desquiciados legislen sobre la economía privada, la exportación y que hasta impidan que las empresas les paguen dividendos legítimos a sus accionistas.
Jueces prostibularios, piadosos con los violadores, ¡y con los cacos con fueros!
Ceder minas, áreas petroleras o permitir bases soberanas a otros países, ¡de manera inconsulta y hasta con cláusulas secretas!
Firmar pagares allende su mandato, ignorando la Legislatura, ¡y al deudor!
Proyectos fantásticos, electoralistas y darles ya los estudios de factibilidad, a socios o a testaferros.
Las infinitas pérdidas de sus mil desatinos, y pasadas por naturales o fatales.
Subir impuestos o partidas del presupuesto, con decretos viciados de nulidad.
Un poder que maneje las pautas o fechas electorales a su favor ¡y por su cuenta!
Resarcir a malandras, mantener a escoria, a “barras” y a violentos “al servicio”.
El UNASUR, premio de lujo para elegidos, como el descolgado PARLASUR, la nueva cueva seudo diplomática, ¡para más sanguijuelas “agradecidas” poder acomodar!
Fueros adúlteros, exculpando latrocinios y hasta vertiginosos “lavado”.
LAFSAs ni otros elefantes blancos para “salvar” a allegados y a conmilitones.
Burlar la alternancia y atornillarse a un Poder, ¡patrimonio conyugal o filial!
Vaciar el Tesoro ni usar los jets del Estado como delivers de los diarios, algo que sólo puede consumar alguien con un estómago inmune al más fuerte vomitivo.
La furia criminal ¡insuflada por Poderes revanchistas y mefistofélicos!
Derroches ni desenfreno, arteros y burdos contra el País y los marginados.
Barrabravas, salvajismo, matones, ¡ni punteros institucionalizados!
Mensajes mafiosos a los que denuncian delitos y despilfarro doloso, y menos muertos la víspera de una inculpación por grave traición a la Patria.
Maniatar la Ley y bendecir todo desmán común, gremial o político como mantener estados paralelos armados, cual el jujeño de Milagros Sala subversiva y corrupta.
Orgías de turismo en la cumbre, con enormes comitivas y hasta escalas privadas en la Seychelles u otros paraísos fiscales para gestionar las cuentas cifradas donde atesoran sus latrocinios dignos de Alí Babá, ¡y todo del lomo del sufrido pueblo!
Bastardear derechos para humanos, prometer viviendas y sin control ni premisas otorgar partidas millonarias a una rabiosa terrorista, y a un engendro parricida para luego, ni condenar sus ingentes estelionatos, de estafar a albañiles, a peones, al erario, a una Anses sordomuda, ¡y hasta inundar la plaza con cheques sin fondos!
DEMANDAS DE MÍNIMA
POR LA RACIONALIDAD
La Reforma Política deberá rechazar a los autoritarios con su secretismo torpe, de meros delegados, contra una ciudadanía ¡que es su empleadora y única mandante!
Penar el sólo intento de cambiar la Constitución o algo de ella por fuera de la Ley y burlar el acuerdo ciudadano, para perpetuarse en el Poder; un real golpe palaciego, que faculta a abortarlo y hasta con la Fuerza Pública llegado el caso.
Los abusos impunes del Poder contra la Justicia agravan la connivencia con jueces que ignoran sus estelionatos, ¡a futuro suficientes para procesarlos a ambos!
Revalidar el saber, el criterio y la didáctica en la escuela, en la publicidad y en las notas con rating, para que cada día más sepan lo tanto y tan esencial ignorado.
El funcionario con fueros contra la baja política debe ganar bien, tributar como el común, y si delinque sufrir penas mayores por su rango y por la alevosía del mando.
Derogar por Ley, y encausarlos como a los beneficiados por sus empresas fachada, fideicomisos o nombramientos indebidos en cargos decisorios, y con decenas de asesores “amigos”, en un abuso indigno, desquiciante y a la vez maquiavélico.
Sin gobiernos de alcoba ni mesa chica se deberá brindar rondas de prensa semanales o diarias de caber, con repreguntas y sin “barras”, ¡impropias de magnos recintos!
Anular la jauja de estadísticas propias o partidarias pagas por el Tesoro, con control de Hacienda, y erradicar ese turismo por cuenta del Estado y sus ilegales campañas proselitistas, como las cifras de pobreza o mortalidad infantil que fraguan para tapar las genéticas torpezas de su absurda ideología.
Desvendar un meollo normativo poroso a la corrupción, y condenar todo fraude, latrocinio o despilfarro del Tesoro, con prisión y veda vitalicia para revistar en el Estado por defraudar el fair play demócrata, y mancillar valores e instituciones.
El Presidente no debería disponer de sus bienes sin vista de un albacea ad hoc, y al fin del mando aguardar a que la Justicia evalúe su gestión, revise la legitimidad de sus últimos decretos, convenios, nombramientos ¡y pagarés que nos deja endosados!
El Presidente y su entorno deben pender de su eficaz probidad y no de la extorsiva gobernabilidad que los lleva a malversar y emitir a presión, ¡receta para el desastre! Menos incitar al dolce far niente y abusar de proyectos electoralistas a medida de un brutal saqueo que devora “primaveras” irrepetibles y acaba en defaults que devastan y obligan a terribles sacrificios, ¡sólo aceptables si por fin fueran los últimos!
Los partidos deben expurgarse de vividores o fanáticos, enunciar sus líneas, avalar a su cuadro en el Poder, ¡y cuidarlo de añagazas ajenas y de propios “mareos”!
Para progresar urge pacificar sobre la represión legal y la subversión criminal con las que tanto corrupto medra cuando ni eso debería malograrnos un gran futuro, nomás jugando limpio, ¡y dejando de absolver a malhechores y distorsionar a la Ley!
No autorizar industrias de porte en capitales ya burocratizadas, y bajar el IVA al sur del paralelo 38° y en zonas a desarrollar. Lo compensarían la dinámica de una urbe despresurizada y las nuevas “radicaciones” sin subsidios ni ilícitos. La teoría de que todo espacio descuidado sería pasible de expropiación por inmerecido, un concepto que podría entrar en vigor ante calamidades, convulsiones o la mera ambición.
Pedirle todo al gobierno es “música” para los demagogos, que luego nos asfixian con tributos, en lugar de exigirle que desgrave el trabajo y el ingenio emprendedor, para sólo subsidiar lo imprescindible, y obligar a los eternos colgados a ganar su puchero.
Sobran labores semi voluntarias o menores para mejorar los magros haberes de los “pasivos” y de paso librarlos del común desinterés que los empuja a dejarse morir.
Optimizar los impuestos y desgravar los regresivos y desalentadores, y los proficuos padrinazgos y legados, de bajo sex appeal en el actual y materialista “toma todo”.
Alentar la casa propia y por propia mano, pero jamás en sitios carentes de labores o empleos redituables, ni en la hacinada Buenos Aires y su conurbano ¡tomado por las mafias y ya inmanejables! El hogar de uno cohesiona, disipa las cuitas por dinero y facilita la educación y maduración en salud de la familia toda. Con ella menos padres dejarían a sus hijos al acaso, y de hacerlo cabría confiscárselos y penalizarlos por una de las peores perfidias, ¡una bomba de tiempo contra el agobiado hombro social!
De faltar algo no sería grave si nadie, desde ningún cargo pueda burlar los controles y desfalcar al Estado o a la gente, y continuar en él y tan campante, o más increíble si cabe, seguir postulándose a nuevos e importantes cargos ¡y sin voces en contrario!
POR EL SISTEMA ELECTORAL
La “babel” de partidos pasada por amplitud de ideas es otro gran “curro”. Encarece y enreda l0 ya complejo, condiciona lo harto probado, las instituciones, y nada aporta a los graves e inminentes desafíos, salvo los relativos a sus ventajas y prerrogativas.
Ocho partidos cubrirían el arco ideológico y sus matices como el Verde. Deberían ser cooperativos y sin aportes del Tesoro; para tener aire en los medios bastaría con que sus dichos sean consistentes, novedosos y aportando “grajeas” de cultivo cívico para una sociedad atosigada por el show y las falacias de los enemigos de la Democracia.
Los candidatos deberán mantener una serie de debates en la TV, con sus ministros in pectore, sin barras, presiones ni golpes bajos, que una sociedad educada debería condenar, sobre los Recaudos de Mínima y los proyectos de valer para clarificar su postura sobre la Educación, la Seguridad, la Justicia, y más importante los límites y prerrogativas del cargo en juego, con transparencia, criterio y libre disenso.
Aun sin proponérselo, el partido en el Poder burla la democracia, y por eso debería otorgar un hándicap a los demás, volver al balotaje del 50% de todos los votos, y abstenerse de golpes mediáticos y de “cadenas”, vedadas a una oposición sin viáticos ni recursos para ir con sanitarios, heladeras o plasmas en los jets oficiales, y con su claqué de lujo, en asqueroso fraude y dolosa dilapidación del tan malversado Tesoro.
El voto cadena, hurtar boletas, compra de votos, bancas y candidatos “testimoniales” y calumniar al rival ya sobre los comicios, conforman con tantos desfalcos un masivo y sofisticado fraude, más grave en los que deberían garantizar el fair play, ¡y que sin más justificarían un impeachment por estafar al público y a la República!
Del largo dilapidar de la “camorra” preelectoral, inmerso en el populista no excluir a nadie, magna burrada, cuando cualquier conducción exige títulos o baquía, salen los más “dadivosos” o los que pintan mejores futuros, al margen de su sapiencia y visión para tal desafío, requerido de sobriedad, criterio, olfato, ¡y una probidad sin fisuras!
Imponer un fixture inamovible a los comicios y recambios del Poder en la Nación y las provincias, para evitar maniobras y sobre costos ¡siempre del bolsillo del común!, con las variables previstas para eventuales o fatalidades.
Rechazar los Poderes “regaleros” que llegan a invadir a las provincias, con arábicos tours y shows proselitistas y denigrantes, que aceleran más esa inflación con la que unos medran, ¡pero que agrava la inanición de miles de niños que ya nacen entecos!
Un ente colegiado como en Chile debería aprobar la publicidad oficial, estricta y sin auto bombo, licitarla, abonarla, distribuirla a los medios, y velar para que los actos oficiales no encubran loas al oficialismo, ataques, ni golpes bajos a la oposición.
Los pocos actos válidos deberán realizarse lejos de las vías de gran circulación, y sin acarreo en buses atestados de menesterosos fastidiados que no ven la hora de cobrar esa otra limosna y pegar la vuelta, ¡de otra «multitudinaria convocatoria»!
Por la sabia alternancia gobernar cuatro u ocho años unos, acompañar vigilantes los otros, y limitar a una sola reelección, ¡con veda de tres turnos a parientes o laderos!
POR EL GOBIERNO Y EL ESTADO
«Arrear a la gente al camino del menor esfuerzo es alta traición».
«Ir a toda pavada exterior con enorme cohorte es latrocinio»
«La justicia debe tener celeridad, severidad y sabiduría».
«Para no ser su víctima basta respetarla»
Señaló Manfred Schonfeld años ha lo que debería ser la Biblia para los políticos, y no instigar al peor consumismo contra la sabia previsión, ir al exterior lo esencial, y sin boatos y no imponer tributos por decreto, ¡ni emitir al son de su mareo incontinente!
El Congreso deberá aprobar a ministros, directores y todo cargo decisivo a pedido de los otros poderes, para no caer bajo la férula de parientes, delirantes, procesados, 1y otros cuyo gran mérito es haber sido subversivo o ser hijo de algún desaparecido.
En el futuro el candidato deberá ser graduado en Administración Pública, cuyas notas dirían más que mil affiches, arengas, actos, pintadas y lo que sus asesores de imagen dejan ver, ¡cuando precisamos verlos a “cara lavada”, y probos y estadistas más que carismáticos, sin ligazones ni egos torciendo un sano y juicioso proceder.
De tal almácigo de aptitud y criterio saldrían miles con mentalidad de management, y no patrones de pago chico; conociendo lo válido y lo prohibido, para dejar de optar entre filibusteros o resignados a una inflación cruel con el pobre, y con exacciones y desazón a los que hacen o producen, más proclives a proyectar y a realizar.
Preservar al Banco Central y al de la Nación, custodios de nuestra moneda, de las garras de un populismo que desacata fallos judiciales, fuerza a la Legislatura a rifar las atribuciones delegadas por el Pueblo para ser respetadas, felonía que tendría que invalidar a los perjuros, y anular o suspender sus derechos cívicos.
Expurgarnos de los que subordinan a su banca a perdurar, o cotizan su voto al mejor postor. La nueva y auditada Hacienda, cual un cuello de botella por el que deberían pasar todos los ingresos y egresos del Estado, transparentaría el juego de los Poderes y validaría o no los efectos de cada partida de peso para dejar de solventar sin razón fehaciente ni claridad a nadie, ni a ciertas “artes”, deportes rentados o shows que ni elevan la cultura ni rescatan a nadie, salvo a sus cultores, ¡y menos restando todavía tanto imprescindible y hoy desairado!
Penar toda lesión a los derechos fundamentales, a la Constitución y las encuestas y propaganda pagas del erario, ¡sin olvidar sus mil despojos ni írritas “cosas juzgadas”!
Exigir la venia legislativa con vista ciudadana para proyectos de peso nos libraría de trenes bala efectistas, y partidas para consultoras amigas que ya son otro arcón para el clan. Las provincias, empresas o sujetos que acepten contratos viciados, perderían sus aportes, ¡amén de la multa o cese de su licencia como proveedores del Estado!
No explotar logros deportivos, famosos de paso, cosechas del sudor ajeno y el clima, ni brindar shows de “vates” de absurda popularidad, que cobran en dos horas como un jubilado en 10 años, y no crearnos enemigos para allegarse a esa mayoría crédula de esa seudo corrección mediática, izquierdosa y desatenta de lo esencial racional.
Obrar bien es la mejor “censura” para la prensa hostil que debe hacer pedagogía con valores, máximas y ejemplos, ¡que ningún avisador cabal cuestionaría!
La Justicia tardía es dinero y esfuerzos quemados, y si bien los otros Poderes no deben inferir en sus fallos, pueden y deben condenar su nada inocente inacción ante flagrantes delitos contra el común, y más todavía contra el Estado, pero no trabarla ni desacatarse a la Suprema Corte, algo fatal en quienes deben garantizarla.
Todo DNU o veto presidencial debería justificarse ante el Congreso, que lo podrá aprobar o cuestionar, ¡y hasta responsabilizarlo por sus consecuencias!
POR LA EDUCACIÓN Y EL CULTIVO.
Imponer la excelencia en las escuelas y una Libreta Estudiantil desde la primaria, exigible por casi toda vacante como ya la Secundaria, y una Terciaria con examen de ingreso con sesgo vocacional, cupos y un canon financiable en razón de la carrera y las materias aprobadas. Libres de militancias, con aulas, disciplinadas y puntuales, podrían hasta superar a las privadas, ¡sólo subsidiadas por lo ahorrado al Estado!
Enseñar con un Estatuto Docente sin abusos, ventajas ni “turismo” para “mejorar” una educación ¡que fue envidiable hasta la aparición de sus gremios activistas! La disciplina sólo puede ser punición para los díscolos, y para esos padres violentos que acabarían presos y pagando los daños de sus salvajitos, ¡si no expulsados por tomar el colegio! Un Consejo Académico con ex alumnos, docentes jubilados y padres velaría por una “educación” esencial, ¡y complementaria de cualquier enseñanza!
Expurgar del ámbito estudiantil el activismo patotero. De tocar la política, la materia se dictaría sin partidismos. Con dedicación y asepsia, acentuar el estudio de las ciencias, la cultura general y los oficios sin disolventes ni “hojarasca” para la fogata. Mantener universidades como la de La Plata o de las Madres, reales incubadoras de subversivos es un disparate ¡y más luego de la tragedia mal adjudicada de los 70s!
La libertad de elegir y la razón crítica se frustran por las zonceras, tabúes y esa raigal envidia al capitalismo que materializa el ingenio del ser, y que de desaparecer el paro sería abismal. Volveríamos a los '20s con poco de lo hoy masivo a precio “banana”, y salvo las commodities en “crudo” no habría producción masiva ni comercio exterior; la indigencia y las hambrunas serían endémicas, incuso en las bonanzas climáticas.
Con una educación escolar y mediática negada a lo criterioso, ponemos el “aire” a congelar y exigimos energía subsidiada, cuando lo único caro es su falta, y cuando a costo risible ella nos brinda el tan polifacético como exigido confort, ¡y cuyo faltante paraliza, encarece, causa pérdidas enormes, despidos y hasta cierres fabriles!
La tirria del nacionalismo necio a yankees o judíos, a Brasil o a Chile que pactan con USA de igual a igual, calan en la imberbe secundaria, en la Universidad presumida o al pasar ante un cuartel. Rompimos las cadenas del Himno, ¡no nuestras telarañas!
Muchos hoy asesinos fueron los ayer “pibes de la calle” y los de hoy la bomba que va a aterrarnos mañana. Educar es la mejor herencia, y malversarla es pérfido, como no reimponer el “rompe-paga”, cuya derogación incentiva el caos y la locura imperante.
PARA DEBATIR CON GRANDEZA Y SIN IDEOLOGÍAS
Bajar, agrupar y automatizar tributos, liberar la contrata laboral, activar la siembra y la cría, producir lo esenciar y sumar valor a las commodities, expurgar la burocracia y potenciar con sus cesantes los tantos servicios pobres o ni prestados.
Los gremios con métodos cuasi delictivos, deberían volver a sus cooperativos inicios, sin aportes ni afiliación obligados. Con pocos rentados y huelgas a considerar por un tribunal televisado, convenios por empresa, un Seguro General de Salud, cheque de desempleo y otras “gracias”, redundarían en una saludable movilidad laboral.
Impuestos el nepotismo y el chantaje la política los sedujo con Obras Sociales, cash o affaires. ¡Del Guiness sería no haberse tentado! Deberían ser demócratas, responder a auditoras y a la AFIP, sin amenazar con parar el país pues la “asociación ilícita” los podría hacer perder su personería. Con una Ley validando los convenios pactados por las partes, los gremios estarían de más, y el consciente y el país todo ganarían.
Cursar Administración Pública, exigible en futuras vacantes, sería opcional para el veterano, pero mejoría su sueldo. Sumarios, se notaría en su labor y su interacción solidaria y ética con el contribuyente, que vería en él la vía de solución a su problema y una educación de asombrar aun a la prensa, ¡que la difundiría como imitable!
El Seguro General de Salud llenaría el país de Hospitales Modelo (salida para residentes y paramédicos) y Centros de Alta Tecnología para cirugías complejas, invitando a los titulados a devolver algo de su “enseñanza gratis”. Con management de raíz médica, auditado y sin burocracias la Sanidad se abarataría por seriada y ágil. Con un aporte similar al del PAMI, ¡las prepagas restarían como una mera opción!
Revisar los derechos y deberes laborales y las limitaciones de lo pretendido por su labor, cuando ya el empleo justificado no da para todos los adultos, y el consumismo que los genios insuflan para “salvarse”, cruje y hace agua por todas sus cuadernas.
POR EL TRABAJO Y LA JUBILACIÓN
Contra el crecer armónico pocos se privan de shows, deportes, turismo o juegos, que se disputan el derroche y hasta las privaciones en aras del ocio consumista, contra lo aportado a crear o tornar la burocracia oficinesca en dadora de servicios y esenciales.
Miles de puestos valiosos en Salubridad, Enseñanza, Seguridad y una Justicia que combata el tráfico y mantenga limpia y libre la vía pública, esperan ansiosos a la mayoría de los cesantes, ¡e incluso a los jóvenes bisoños en el ruedo laboral!
Con un retiro único, fluido y suficiente, sin burocracia ni aportes caerían los precios, el patrón emplearía más y el empleado viviría mejor o guardaría ante un “robot” que cesantea por miles. Con familias de ingresos varios y aun del Estado, y otras con uno pobre o sólo changas, no debería haber abusos de la suerte ni nepotismo, ¡y menos al haber tanto descuidado por los que hacen del Estado su modus vivendi, y sólo eso!
Mudar la Capital alentaría a repoblar las provincias que deberían a su vez mover las suyas y su burocracia a una ciudad menor, central y aportando al boom productivo y empleador. Meta también de Alberdi, trasladar su puerto poco apto para grandes cargas a Ensenada o a otro de buen calado, ayudarían a descomprimir a la “Reina del Plata”, que retendría el turismo exterior, como otras rancias ciudades del orbe.
Una flamante ciudad racional, cómoda y atenta a las economías regionales apostaría al contra éxodo virtuoso que generaría riqueza ¡y abarataría el bienestar!, al dejar de mantener y poner a producir a miles, desocupados o cacos, y casi en la indigencia.
Esa sana dispersión y el plan Laura que merecerían ser Causa Nacional, delegados en licitaciones limpias y financiados por acciones o fideicomisos alentarían el ahorro productivo en la gente y tonificarían áreas e industrias, los impuestos bajarían, y se achicaría la brecha al tornar útiles a millones pagados para hacer nada.
POR LA SEGURIDAD Y LA JUSTICIA
Imponer penas a cumplir en cárcel sana y hermética, o en correccionales, por lanzar globos ígneos, desacato, conducir bebido, invadir sitios ajenos, o quebrantar el orden público y otros graves en el orbe y que aquí ni deposición policial ameritan. La ESMA y otros sitios ociosos o rebajados a arraigar una Memoria sin antecedentes, servirían a tal fin y para mucho más valederos cursos de cultura y civilidad.
Los DD.HH. se deben al inocente, no liberar a asesinos, violadores, femicidas, ni a los que usurpan o rompen todo, cortan calles y rutas, sitian industrias con pérdidas, ¡herejías para el pobre, y meros ensayos de un terrorismo nunca bien excomulgado!
Todos los pactos anche los de la ONU validan la protesta sin excesos, cortes de calles ni daños a transportes, castigo diaria y fácil recurso de los que hacen huelgas porque sí y asunto para el Código Penal, que ni cabrían de tener que someterlas a un juez ad hoc, con criterio y poder decisorio, a obedecer o atenerse a penas o cesantías.
Derogar ese turbio «contemplando las convulsiones callejeras a la luz de las nuevas vías de participación popular», polizonte de la Constitución del ‘94, que alienta a las masas a exigir el Poder, ¡meta pendiente de los envilecidos “setentosos”!
Con una Justicia infiltrada, ningún condenado, letrado o no, debería poder ejercer la abogacía salvo en su defensa, y quitarle la licencia al que delinca en su ejercicio.
La Justicia tardía no es Justicia. Invalidar trabas y argucias, penar la caída dolosa de los plazos procesales y bajar las apelaciones. Una mediación ágil evitaría que su morosidad malograse tantas fortunas y tiempo. Pleitos menores transmitidos por un canal ad hoc tendrían un efecto docente y aleccionador, en pro de más armonía.
Esposar al timador y al que lo apaña. La UIF ignoró por años denuncias graves en lo institucional, porque el Ejecutivo acalló al Judicial, domó al Legislativo y toleró a las sanguijuelas del Estado, ¡que hasta nos representan en las asiduas cumbres!
El Art. 19 de la Constitución no cubre vicios que excedan lo privado. Al tabaquismo le endosan muertes y gastos en salud, y callan que la droga lleva a la virulencia y al crimen, al descalabro familiar, al HIV, y a tener en la zozobra a la sociedad toda.
Jerarquizar y moralizar es vital en la Educación, Seguridad, Justicia y Salud, para dotar a sus agentes del aplomo y el equilibrio esenciales a su eficaz cometido.
El Poder Judicial debe velar la Constitución y penar sus violaciones, vengan de donde vinieren, como cerrar causas por lesiones, lavado o muertes en el entorno de un Poder impasible a la “trata”, al abigeato, a la piratería, a los mil muertos civiles, ¡y cientos de agentes al año, a manos o paladar de la resentida subversión criminal!
Duplicar las penas por atacar a un policía y la máxima si muere, serían el “chaleco” ideal contra esa “cacería” que nos desarma como sociedad, para combatir el delito a pesar de esa progre, que condena sólo la reacción, ¡y hasta un simple correctivo!
Una Inteligencia sabia ahorraría vidas y dinero. Su falta, la de polígono o training permite que los que matan a embarazadas o ancianos lo llamen “gatillo fácil”.
Punir el robo, la falsificación, al reducidor; al que soborna y al sobornado, como a los funcionarios que “tarifan” lo que tendrían hacer, prestos y voluntariosos.
Condenar esa Justicia nada legítima que ignora la reincidencia de los que matan o hieren a inermes, ¡y que deberían ir presos hasta el fin de su pena o de sus días!
Ni disciplina ni “tolerancia cero” son mano dura. Soportar faltas in crescendo al niño podrían arruinarlo antes de llegar a discernir. Las mil chances a asesinos, a vándalos del fútbol, a adictos o parejas brutales condenan a inocentes y obligan a los agentes a jugar su vida varias veces con el mismo crápula, y hasta acabar en “reeducación”.
La Policía Metropolitana debe poseer plenas facultades y absorber a los cesantes de la Federal pasados por sus nuevas academias, separados de los ingresantes para evitar el contagio de sus rancias mañas.
La Federal, elevada a una suerte de FBI, retendría migraciones, delitos federales, y apoyaría a las comunales en secuestros, asaltos con rehenes, crímenes ecológicos o a turistas, trata de niños o “blancas”, tráfico, escuchas, estafas informáticas y símiles.
POR LA YA MUY ESCORADA CONVIVENCIA
Blindar y auditar las Fiscalías anti corrupción y lavado, la Cámara Nacional Electoral, INDEC, la SIGEN, el Consejo de la Magistratura y otros, contra los aprietes y cooptación de Ejecutivos despóticos e insensibles a sus estragos.
Validado el “ñoqui”, más de uno los “ubica” por un “tanto”, gracias a que no se pena nada, ni los “saqueos”, parte del folklore en cada cambio de gobierno, mientras que lo abordan los parientes o laderos de los ganadores a lo vikingo, ¡barbarie a segar de cuajo con una estricta Fiscalía de los bienes estatales y los Recursos Humanos!
Derogar el robo “para la Corona”, excusa del “vale todo”, y “sapo” que una mayoría marmota deglute con el “pan y circo”, ¡y pese a que suele acabar en las Caimán!
Subsidiar sólo al real marginado y condicionarlo a su conducta ciudadana, sin corte de calles del sujeto, ni juego sucio a la Democracia ni clientelismo desde el Poder.
Penar toda burla a la Ley y más de los obligados a aplicarla. Tarea para un Consejo de la Magistratura blindado y expeditivo para condenar todo desfalco al Estado, y confiscar o repatriar los bienes mal habidos, aun donados, transferidos o “lavados”!
El Poder pérfido exacerba el para miles arruinador juego, en manos de sus socios, ¡y con exenciones impositivas y sin controles! Con la mitad actual, lo de los centros de turismo y las loterías, sobraría para el lúdico vicio y su incierta beneficencia.
El Estado cobra por Salud y obliga a las prepagas, caras por la actual prevención, la tecnología y dolencias relativas y no pactadas, que les endosan como la educación y otros no rentables, ¡que para lo bueno están sus amigos devenidos empresarios!
LA “CULTURA” PERONISTA
Como el Duce, el General prefirió el estatismo ineficaz y acomodaticio, al dinámico liberalismo ¡que ya nos había hecho potencia! Desde la Secretaría de Trabajo fascinó a gremios que vieron en él un salto personal ni imaginado, y a los reacios al escudito, socialistas, demócratas o marxistas mandó a ablandarlos a cachiporra, y metiendo presos a los huelguistas. Expropió 70 diarios todos “vende patria”, y azuzó una fobia que desplazó a los mejores por vagos y aprovechados que, derrocado él, pasaron del eterno “singano” a la huelga de brazos caídos, al sabotaje, a tomar empresas, cortar calles y dirimir las mesas directivas a facón o metralleta, ¡un banquete para los anti fascistas del Gramsci alter ego del genocida Stalin, y en el freezer viviendo Evita!
Intérprete de grandes mujeres, “la Duarte” debió sentir esa vena que la llevó a Perón y a ése su socialismo fast food, cuya amplitud lo llenó de lacras buscando “salvarse”, o queriendo torcerlo à gauche y arruinar su sesgo rescatable. Con su resentida cuna insufló esa tirria de venta fácil, contra la “oligarquía vacuna,” el recato y lo refinado. Muerta la Abanderada de los Trabajadores, aquel zurdaje colado a los “gorilas” del '55 creyó llegada la hora de fagocitarse al peronismo, pero el memorioso y moderado a fuerza de exilio “León Herbívoro” los echó de la Plaza y eso obligó al gramscismo a darle “letra” al arte, obligado a halagar y seducir, para ya en yunta adoctrinar a los medios y a una entente educativa, sensible a las nobles causas y proclive al barullo y la revuelta, que empujan los aplazados y “esclarecidos” a fuerza de slogans.
El Peronismo deberá arrumbar su “topadora”, expulsar a sus corruptos populistas, rendirse a la República Federal, a la Constitución y a la alternancia para consensuar planes en un juego limpio, ¡imperativo para driblar la tan artera “gobernabilidad”!
HACIA UN EFECTIVO FEDERALISMO
Las provincias deberán auto sustentarse, radicar todos los habitantes posibles, pagar su parte de lo que paga la Nación por todas, y recibir su porción de lo que ella colecta por ellas en tiempo y forma, optimizar la relación de los tributos contra los servicios, y revertir nuestro mórbido sino demográfico. Con un Poder Nacional ecuánime, decente y republicano ya no cabrían gobernadores feudales, eternos, y enriquecidos a fuerza de negociados, clientelismo y terror, pues serían los únicos culpables de la falta de transparencia e idoneidad ante sus convecinos, que hallarían en una Justicia sin presiones, el árbitro neutro, cabal, ¡y con poder para ponerlos en caja!
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«No recuerde las trabas que van a ponerle ni lo llame imposible. Pregúntese si ese algo le parece bueno y le gustaría o le haría bien al país ¡y luego remánguese y empiece a jalar!»
Revisado, Junio 27, 2017
Por sugerencias, consultas o charlas a coordinar: babel1935@gmail.com/
www.laargentinaendefault.blogspot.com, en cambio compila notas sobre nuestro “default” de civismo, urbanidad y convivencia, desplazados por el descultivo que tergiversó los reales valores, y afectó gravemente nuestras vidas y economías, como la salud, la educación y una falta de seguridad con terribles muertes a diario!

¡SI NADA HACEMOS, DESPUÉS NO NOS QUEJEMOS!